El Tribunal de Justicia de la Unión Europea tiene reconocido el “Derecho al olvido” en internet
Internet es el gran escaparate del mundo. Hay más de 1.000 millones de páginas web y seguramente algunas hablen de ti. Puede ser información que tú mismo has subido a la red, apariciones en directorios profesionales, información pública… Pero a veces, la información que hay en internet puede perjudicar tu reputación a nivel personal y/o profesional. Ante esto, estás protegido.
Practicar el egosurfing de vez en cuando es una buena manera de controlar la información que se puede encontrar sobre ti. Eso debió hacer el abogado Mario Costeja en 2013, y gracias a que no se quedó de brazos cruzados, ahora podemos ejercer el denominado “Derecho al olvido” en la red.
Según la Agencia Española de Protección de Datos, este derecho es la manifestación de los tradicionales derechos de cancelación y oposición que se aplica a los buscadores de internet. Es decir, una vez se aplica los motores como Google, Bing o Yahoo deben eliminar de sus resultados de búsqueda algunas páginas si se buscan a través de determinadas palabras, como un nombre propio. Esto no quiere decir que la información desaparezca de la red, pero al no poder encontrarse a través de los buscadores su impacto se reduce considerablemente.
Cómo y a quién solicitarlo
Los usuarios deben ejercer este derecho directamente ante los buscadores, que son los que determinan si el contenido debe ser o no “desindexado”. Asimismo, las Autoridades de Protección de Datos (APD) han adoptado un listado de criterios comunes para la tramitación de estas quejas. La lista contempla situaciones como si el interesado es un menor, una persona pública, si los datos enlazados le ponen en riesgo o contienen información sensible (relacionada con su salud, sexualidad o creencias religiosas…).
¿Cómo empezó todo?
La normativa sobre el Derecho al olvido se la debemos, en parte, al abogado Mario Costeja y a La Vanguardia. Cuando el periódico digitalizó íntegramente su hemeroteca desde el año 1881, dio acceso a una gran cantidad de datos que Google indexó. Entre ellos había un anuncio de subastas de un inmueble embargado en enero de 1998. Y en él estaban sus datos personales, ligados a una situación ya resuelta.
El abogado se dirigió a La Vanguardia, y tras la negativa de retirar la información, comenzó un periplo que pasó por Google y que acabó con una sentencia del TJUE el 13 de mayo de 2014 que estableció lo que ahora se conoce comúnmente como “Ley del olvido”.
La sentencia dice que “el tratamiento de datos que realizan los motores de búsqueda está sometido a las normas de protección de datos de la Unión Europea y que las personas tienen derecho a solicitar, bajo ciertas condiciones, que los enlaces a sus datos personales no figuren en los resultados de una búsqueda en internet realizada por su nombre”.
¿Quién lo ha pedido en Europa?
Google es el buscador más potente y en su portal de transparencia da algunos datos de cómo se está ejerciendo este derecho. En Europa ya se han hecho 531.770 solicitudes para la retirada de contenidos. Google ha evaluado 1.642.902 direcciones web, de las cuales ha eliminado un 43%. Desde España han llegado 45.748 solicitudes, se han estudiado 139.578 URLs y se han retirado un 38,3%.
El buscador también informa sobre los principales sitios de los que ha retirado URLs de sus resultados de búsqueda. Nos deja ver desde dónde la gente pide ser “olvidada” con más frecuencia, y nos puede hacer reflexionar sobre en qué sitos no debemos relajarnos en exceso en nuestro comportamiento:
- Profile Engine (una página para buscar perfiles de Facebook)
- Google Grupos
- Youtube
- Annuare 118712 (un directorio profesional francés)
- Google plus
- Badoo
- Where event (un buscador de eventos)
- 192 (una guía de personas, negocios y lugares de Reino Unido)
Vigilar la información que hay publicada sobre nosotros es importante. No siempre se consigue hacer desaparecer una información de los motores de búsqueda. Pero cuando hay alguna que no nos gusta, una de las soluciones que se aconsejan es intentar que esta desaparezca de las primeras posiciones de los resultados de búsqueda. Para ello lo mejor es ser proactivo y publicar uno mismo información, como por ejemplo empezar a escribir un blog o darse de alta en directorios profesionales que nos aportan valor y mejoran nuestra reputación.
Si eres un profesional de la salud, CITA.iO ha creado un directorio profesional en que puedes publicar tu información de contacto y datos que te aportarán valor como profesional para hacer más fácil que los usuarios encuentren de ti los que más quieres que vean.