Los profesionales de la salud están solicitados las 24 horas del día. Es bastante habitual que se encuentren con “consultas informales” entre conocidos, solicitudes de segundas opiniones por canales no oficiales como el correo electrónico o whattsapp… o incluso por redes sociales. Esto genera conflictos entre los profesionales: ¿Debo atenderlos? ¿Legalmente puedo hacerlo? ¿Este es el canal más adecuado? ¿Si forma parte de mi trabajo, puedo cobrarlo?
Antes que nada, hay que tener claro que cualquier acto médico está sujeto al código deontológico, por lo que hay que tener presentes conceptos como la confidencialidad, el secreto profesional, buena praxis… Por lo tanto se debe saber conducir la situación si ésta no es adecuada para el acto médico. Además se debe tener mucho cuidado con los canales de comunicación, incluso cuando la información se comparte entre compañeros.
Entornos poco fiables o habituales
La Organización Médica Colegial (OMC) ha publicado un interesante manual de estilo para médicos y estudiantes de medicina que puede ser de gran ayuda para los profesionales que tiene visibilidad a través de redes sociales y/o que utilizan servicios de mensajería online como Whatsapp. La OMC advierte que supone del “alto riesgo que supone el envío de material sensible y la facilidad para terceros de romper la privacidad con conocimientos de informática básicos”. Fácilmente podemos caer en una ilegalidad y podría tener consecuencias penales que podrían llevar a la inhabilitación y a la pérdida del prestigio profesional.
Cuidado con las “consultas informales”
Cuando un profesional presta su servicio fuera de su entorno laboral no puede asegurarle al paciente una visita con todas las garantías. El profesional no tiene acceso a la historia clínica del paciente. No puede consultar sus antecedentes, ni añadir información nueva. En la historia clínica deben estar recogidas totas las acciones hechas por un profesional. Acceder a los datos es indispensable para facilitar y ayudar a garantizar la asistencia sanitaria, y también es un derecho del paciente.
Además sirve para proteger al profesional ante una posible reclamación. El contenido de la historia clínica es una prueba de primer orden en cualquier proceso judicial por responsabilidad médica. Y el testimonio más objetivo de la calidad asistencial. La ausencia de datos, puede ser una prueba de cargo para el profesional.
Por otra parte, el profesional que ejerce (aunque sea informalmente) debe asegurarse de que está protegido ante posibles demandas judiciales. Cuando un médico tiene una reclamación por una acción hecha en el centro sanitario donde trabaja, está asegurado por el mismo centro. Pero cuando está fuera de los límites de la póliza del centro o si trabaja por nuestra cuenta propia, el profesional depende de su póliza de responsabilidad civil profesional. Aunque se recomienda tener una contratada, solamente es obligatoria si el profesional ejerce en el ámbito de la asistencia privada.
Dispongamos de un entorno de trabajo seguro
A parte de los problemas de praxi, de legalidad y de protección jurídica. Los profesionales pueden aprovechar su conocimiento para ejercer en el ámbito privado. Dependiendo de la especialidad la inversión inicial no tiene por qué ser muy elevada.
CITA.iO ofrece una plataforma que permite gestionar de forma online una clínica o consulta, y hacer videoconferencias seguras con los pacientes. Entre otras funcionalidades, la aplicación incorpora la gestión de la historia clínica del paciente en un entorno seguro y accesible desde la nube, y administrar toda la parte contable sin necesitar tener ningún programa instalado.
El bienestar del paciente debe ser siempre lo primero. Cuando éste acude al profesional fuera del entorno sanitario está generando un conflicto, ya que el profesional puede estar haciendo una acción ilegal intentando ayudarle. Los profesionales deben saber actuar en estos casos para ofrecer la mayor seguridad para el paciente y para ellos mismos.